La selección de Panamá consiguió el 10 de octubre de 2017 la clasificación para el primer Mundial de su historia tras una espectacular noche de transistores. Los canaleros lograban así una gesta que servía para homenajear a las grandes leyendas del fútbol panameño como Dely Valdés o Rommel Fernández que durante años intentaron sin éxito el llevar a este pequeño país centroamericano a la máxima competición del planeta fútbol.

Esta clasificación ha sido el colofón ideal para una generación de futbolistas que llevaban juntos más de una década y que estaban ante su última oportunidad de llevar a Panamá a un Mundial. Entre ellos destacar a los veteranos Gómez, Penedo, Pérez, Torres y Tejada, únicos jugadores panameños en superar el centenar de partidos con la Marea Roja y que finalmente pudieron cumplir el sueño de viajar con su selección a Rusia 2018. En el olvido quedaba ya el maltrago de cuatro años atrás cuando dos goles de Estados Unidos en el descuento dejaron al equipo sin la opción de jugar el repechaje…

Panamá – Costa Rica (Clasificación Mundial 2018)

El hexagonal de la Concacaf llegaba a su última jornada con todo por decidir. México y Costa Rica ya estaban clasificadas para el Mundial, pero tanto Estados Unidos, Panamá y Honduras tenían opciones de obtener la tercera plaza que sellara su pasaporte para Rusia. El cuarto tendría la oportunidad de jugar la repesca contra Australia. Los norteamericanos lo tenían en su mano ya que solo debían puntuar en el campo del colista ya eliminado, Trinidad y Tobago, mientras que Panamá y Honduras debían vencer y esperar una sorpresa en la isla caribeña.

El Estadio Rommel Fernández de la Ciudad de Panamá vestía sus mejores galas con la esperanza de vivir una noche para la historia. En el banquillo local, Hernán Bolillo Gómez buscaba clasificarse para su tercer Mundial tras haberlo logrado previamente con Colombia (1998) y Ecuador (2002). El choque comenzó con una Costa Rica  que controlaba el partido pero sin apenas ocasiones. Los panameños acusaban la presión e intentaban atacar a ráfagas de manera muy descontrolada. Buscaban nadar y guardar la ropa, recordando todavía la goleada de la jornada anterior contra Estados Unidos por un rotundo 4-0. Los aficionados panameños se dieron cuenta de que su apoyo era clave y comenzaron a gritar al unísono «Si se puede» en favor de los suyos.

Los costarricenses dieron un paso adelante en busca del gol y éste llegó tras una gran contra que pilló a contrapie a la lenta defensa panameña. Venegas no perdonó y con una sutil vaselina por encima del guardameta Penedo puso el 0-1 en el marcador. Seguidamente dos ocasiones de los locales antes del descanso despertaron al público local que aún creía en el milagro a pesar del jarro de agua fría. En la pausa los tres equipos que se jugaban la clasificación estaban perdiendo. Especialmente llamativo era el 2-0 con el que los trinitenses vencían a uno de los cocos de la confederación como es Estados Unidos.

Panamá salió en el segundo tiempo con las fuerzas renovadas, realizando varios cambios ofensivos para buscar el empate. Éste llegaría de la manera más imprevisible posible: Una jugada embarullada acabó con varios jugadores en el suelo y el balón rondando la línea de gol. Entre el árbitro y el asistente se hicieron un lío y acabaron validando un tanto que no entró ni por asomo. Los costarricenses protestaban pero ya no había vuelta atrás, el 1-1 había subido al marcador. La noche de transistores ardía y la remontada de Honduras contra México les clasificaba momentáneamente para el Mundial. Los panameños sabían que un gol les metía de manera directa en Rusia 2018 y con más empuje que calidad fueron acercándose a la portería de Pemberton. En el último tramo, el choque se convirtió en un monólogo de los locales que coleccionaban ocasiones pero sin acierto de cara a puerta.

Y llegó el mágico minuto 88. Tras una prolongación de cabeza, Román Torres protegió con su cuerpo para ganarle la posición al defensa y disparó con toda su alma para marcar el gol de todo un país. Las gradas del Rommel Fernández estallaron y ya solo quedaba esperar a la confirmación desde el Ato Boldon Stadium de Trinidad y Tobago de la derrota norteamericana. Ésta se produjo poco después y el sueño de la Marea Roja se había hecho realidad. ¡Panamá había alcanzado el primer Mundial de su historia!

 

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